Las cadenas
Las cadenas y sus orígenes ancestrales
Las cadenas son collares confeccionados a base de la unión de eslabones de diferentes tamaños, materiales y acabados y con un diseño que suele ser simple, atemporal y versátil.
A lo largo de la historia, estas joyas han acompañado a la humanidad, adornando los cuellos de mujeres y hombres de las diferentes culturas.
Las primeras evidencias del uso de collares tipo cadenas se remontan a la Prehistoria, durante el Paleolítico, donde estas joyas se elaboraban con materiales muy precarios como conchas, huesos y piedras.
En el Antiguo Egipto, las cadenas se realizaban en plata, oro macizo y piedras preciosas. Por aquel entonces, estas joyas decoraban los cuerpos de faraones, sacerdotes, nobles y guerreros, convirtiéndose en símbolos de poder, estatus, riqueza y de divinidad.
Las cadenas egipcias incorporaban diseños jeroglíficos, geométricos y amuletos que mostraban animales sagrados, dioses, creencias religiosas y símbolos de protección.
En Mesopotamia se usaban collares de turquesa y lapislázuli. Por otro lado, en las civilizaciones precolombinas de América, la plata y el oro eran los metales preciosos predilectos para la confección de estas piezas.
Grecia y Roma, el simbolismo y la sofisticación
En la antigua Roma y Grecia, los collares tipo cadena continuaron siendo accesorios populares y evolucionaron en cuanto a sofisticación y diseño.
Se elaboran con metales preciosos e iban adornados con monedas, gemas y camafeos, simbolizando estatus social, riqueza y logros militares.
Los Romanos incorporaron diseños elaborados y robustos, realizados con metales como la plata o el oro, como la cadena «torquatus», una medalla de honor otorgada a los soldados victoriosos para premiar sus triunfos.
Sin embargo, los Griegos potenciaron el uso de cadenas delicadas y finas, con camafeos, monedas y bustos que simbolizaban sus creencias y estatus social.
De la devoción de la Edad Media a la opulencia del Renacimiento
Durante la Edad Media, las cadenas se asociaban a la profunda fe cristiana que existía en la sociedad de esa época. Llevaban colgantes como cruces o medallones religiosos con imágenes de santos y rosarios, por lo que adquirieron un significado religioso importante.
Los caballeros también llevaban collares tipo cadena como símbolo de su lealtad y honor.
Sin embargo, con el resurgimiento del interés por la cultura clásica, el Renacimiento y la época barroca trajeron consigo una explosión de creatividad, caracterizada por la extravagancia y la elegancia en la creación de joyas.
Las cadenas se elaboraban con diseños más sofisticados, incorporando piedras preciosas, filigranas y esmaltes. Los camafeos, los medallones con retratos o con motivos mitológicos también ganaron en popularidad durante esa época.
Cadenas pensadas para ajustarse a cualquier estilo
En sus orígenes, las cadenas eran una alternativa a las cuerdas. Sin embargo en la actualidad estas joyas tienen mucho éxito a la hora de confeccionar collares, pendientes o pulseras.
A lo largo del tiempo, los joyeros han conseguido crear una gran variedad de diseños de cadenas, a través de la combinación de formas, materiales y medidas, que se ajustan a la perfección a cualquier look.
El oro, símbolo de la elegancia y del lujo, es el material más utilizado en la fabricación de este tipo de collares. Su versatilidad y atemporalidad permiten ofrecer un abanico infinito de diseños, desde las piezas más sencillas hasta las más elaboradas.
La plata, más asequible y con su brillo natural, es la otra opción más común para la elaboración de cadenas. De la misma forma que para las cadenas de oro, las cadenas de plata ofrecen muchos modelos elegantes que se adaptan a cualquier personalidad y estilo.
Las cadenas de plata de ley son 92,5% puras y son las más populares, también porque ofrecen una excelente relación calidad-precio.
Las cadenas de plata rodiadas llevan una capa de rodio que les da un brillo más duradero y que las protege del oscurecimiento.
En cuanto a las cadenas con baño de oro, combinan el brillo del oro con la elegancia de la plata, creando un efecto bicolor.
El Collar Roma es una cadena formada por eslabones grandes bañados en plata mate que combina con un vestuario festivo a la vez que con un vaquero.
Cadenas de eslabones, una joya muy popular
Aunque existen muchos tipos de cadenas en el mercado, las cadenas de eslabones o de cable son las más populares entre los amantes de la joyería. Se reconocen fácilmente por sus eslabones o anillos entrelazados uno a uno de manera uniforme, ya sean eslabones gruesos, finos, redondeados o planos.
Los eslabones finos aportan un aire femenino y delicado y son ideales para la elaboración de colgantes pequeños y delicados.
En cambio los eslabones gruesos son más masculinos y se suelen usar en apariencias que quiere ser más llamativas.
Las cadenas estilo fígaro combinan eslabones aplanados de diferentes tamaños, creando un patrón distintivo y un diseño elegante y clásico. Este tipo de collar generalmente cuenta con dos o tres eslabones cortos separados por un eslabón más largo, que van variando tanto en tamaño como en grosor.
Las cadenas tipo barbada se caracterizan por estar compuestas por eslabones aplanados muy pegados.
Las cadenas de eslabones de calabrote son conocidas también como cadenas tipo barco, justamente por la forma de sus piezas, que parecen estar formadas por pequeñas anclas de barco y que les dan un aire náutico.
Los eslabones box ofrecen un aspecto robusto y cuadrado y son perfectos para un estilo urbano y moderno y más masculino. Resultan buenos aliados para collares tipo cadena y pulseras gruesos.
El Collar Capri está realizado con eslabones grandes bañados en plata y con un acabado brillante que aporta luminosidad a la piel.
Los eslabones tipo bizantino tienen un diseño entrelazado y complejo, ofreciendo un aspecto lujoso y que llama la atención.
Las cadenas
Las cadenas y sus orígenes ancestrales
Las cadenas son collares confeccionados a base de la unión de eslabones de diferentes tamaños, materiales y acabados y con un diseño que suele ser simple, atemporal y versátil.
A lo largo de la historia, estas joyas han acompañado a la humanidad, adornando los cuellos de mujeres y hombres de las diferentes culturas.
Las primeras evidencias del uso de collares tipo cadenas se remontan a la Prehistoria, durante el Paleolítico, donde estas joyas se elaboraban con materiales muy precarios como conchas, huesos y piedras.
En el Antiguo Egipto, las cadenas se realizaban en plata, oro macizo y piedras preciosas. Por aquel entonces, estas joyas decoraban los cuerpos de faraones, sacerdotes, nobles y guerreros, convirtiéndose en símbolos de poder, estatus, riqueza y de divinidad.
Las cadenas egipcias incorporaban diseños jeroglíficos, geométricos y amuletos que mostraban animales sagrados, dioses, creencias religiosas y símbolos de protección.
En Mesopotamia se usaban collares de turquesa y lapislázuli. Por otro lado, en las civilizaciones precolombinas de América, la plata y el oro eran los metales preciosos predilectos para la confección de estas piezas.
Grecia y Roma, el simbolismo y la sofisticación
En la antigua Roma y Grecia, los collares tipo cadena continuaron siendo accesorios populares y evolucionaron en cuanto a sofisticación y diseño.
Se elaboran con metales preciosos e iban adornados con monedas, gemas y camafeos, simbolizando estatus social, riqueza y logros militares.
Los Romanos incorporaron diseños elaborados y robustos, realizados con metales como la plata o el oro, como la cadena «torquatus», una medalla de honor otorgada a los soldados victoriosos para premiar sus triunfos.
Sin embargo, los Griegos potenciaron el uso de cadenas delicadas y finas, con camafeos, monedas y bustos que simbolizaban sus creencias y estatus social.
De la devoción de la Edad Media a la opulencia del Renacimiento
Durante la Edad Media, las cadenas se asociaban a la profunda fe cristiana que existía en la sociedad de esa época. Llevaban colgantes como cruces o medallones religiosos con imágenes de santos y rosarios, por lo que adquirieron un significado religioso importante.
Los caballeros también llevaban collares tipo cadena como símbolo de su lealtad y honor.
Sin embargo, con el resurgimiento del interés por la cultura clásica, el Renacimiento y la época barroca trajeron consigo una explosión de creatividad, caracterizada por la extravagancia y la elegancia en la creación de joyas.
Las cadenas se elaboraban con diseños más sofisticados, incorporando piedras preciosas, filigranas y esmaltes. Los camafeos, los medallones con retratos o con motivos mitológicos también ganaron en popularidad durante esa época.
Cadenas pensadas para ajustarse a cualquier estilo
En sus orígenes, las cadenas eran una alternativa a las cuerdas. Sin embargo en la actualidad estas joyas tienen mucho éxito a la hora de confeccionar collares, pendientes o pulseras.
A lo largo del tiempo, los joyeros han conseguido crear una gran variedad de diseños de cadenas, a través de la combinación de formas, materiales y medidas, que se ajustan a la perfección a cualquier look.
El oro, símbolo de la elegancia y del lujo, es el material más utilizado en la fabricación de este tipo de collares. Su versatilidad y atemporalidad permiten ofrecer un abanico infinito de diseños, desde las piezas más sencillas hasta las más elaboradas.
La plata, más asequible y con su brillo natural, es la otra opción más común para la elaboración de cadenas. De la misma forma que para las cadenas de oro, las cadenas de plata ofrecen muchos modelos elegantes que se adaptan a cualquier personalidad y estilo.
Las cadenas de plata de ley son 92,5% puras y son las más populares, también porque ofrecen una excelente relación calidad-precio.
Las cadenas de plata rodiadas llevan una capa de rodio que les da un brillo más duradero y que las protege del oscurecimiento.
En cuanto a las cadenas con baño de oro, combinan el brillo del oro con la elegancia de la plata, creando un efecto bicolor.
El Collar Roma es una cadena formada por eslabones grandes bañados en plata mate que combina con un vestuario festivo a la vez que con un vaquero.
Cadenas de eslabones, una joya muy popular
Aunque existen muchos tipos de cadenas en el mercado, las cadenas de eslabones o de cable son las más populares entre los amantes de la joyería. Se reconocen fácilmente por sus eslabones o anillos entrelazados uno a uno de manera uniforme, ya sean eslabones gruesos, finos, redondeados o planos.
Los eslabones finos aportan un aire femenino y delicado y son ideales para la elaboración de colgantes pequeños y delicados.
En cambio los eslabones gruesos son más masculinos y se suelen usar en apariencias que quiere ser más llamativas.
Las cadenas estilo fígaro combinan eslabones aplanados de diferentes tamaños, creando un patrón distintivo y un diseño elegante y clásico. Este tipo de collar generalmente cuenta con dos o tres eslabones cortos separados por un eslabón más largo, que van variando tanto en tamaño como en grosor.
Las cadenas tipo barbada se caracterizan por estar compuestas por eslabones aplanados muy pegados.
Las cadenas de eslabones de calabrote son conocidas también como cadenas tipo barco, justamente por la forma de sus piezas, que parecen estar formadas por pequeñas anclas de barco y que les dan un aire náutico.
Los eslabones box ofrecen un aspecto robusto y cuadrado y son perfectos para un estilo urbano y moderno y más masculino. Resultan buenos aliados para collares tipo cadena y pulseras gruesos.
El Collar Capri está realizado con eslabones grandes bañados en plata y con un acabado brillante que aporta luminosidad a la piel.
Los eslabones tipo bizantino tienen un diseño entrelazado y complejo, ofreciendo un aspecto lujoso y que llama la atención.