xCollares - Gargantillas

Gargantillas

Las gargantillas, un adorno con una gran pasado 

Las gargantillas son collares que se ajustan alrededor del cuello. Su diseño original les permite destacar de los collares tradicionales, a la vez que les aporta un aire elegante y sofisticado.
A lo largo de los tiempos, las diferentes clases sociales y culturas han llevado este tipo de joyas, adaptándose a los diversos usos y significados y a las tendencias de cada momento y ofreciendo una gran variedad de modelos y de estilos.
Hoy en día, este tipo de collares son un complemento único en el sector de la moda y de la joyería y son muy apreciadas por los amantes de las piezas únicas.

De la antigüedad a la Edad Media 

La extensa historia de las gargantillas se remonta a las civilizaciones antiguas.
En el Antiguo Egipto la realeza, la nobleza y las sacerdotisas llevaban gargantillas confeccionadas con piedras preciosas y oro como símbolo de riqueza, de poder y jerarquía social. Asimismo, se pensaba que estos collares ajustados al cuello tenían propiedades protectoras, siendo verdaderos amuletos que alejaban a las personas del mal.
En la Antigua Mesopotamia, mujeres y hombres lucían gargantillas elaboradas en materiales muy variados, ya sea en plata, en oro o cubiertas de piedras preciosas.
Durante la Edad Media, los collares pesados y largos predominaban en la moda. Pero las gargantillas se hicieron populares en Europa, sobre todo entre las mujeres de la nobleza. Estas joyas se usaban para adornar el cuello y para sostener otros complementos, tales como relicarios o colgantes.

Renacimiento y época victoriana, el resplandor de las gargantillas

Durante el Renacimiento, las gargantillas se volvieron más lujosas y elaboradas, ganando popularidad entre la nobleza. Se diseñaban con materiales preciosos y se adornaban con diamantes, con perlas y piedras preciosas, adquiriendo un nuevo significado de riqueza, elegancia y de estatus social de quienes las llevaban.
En el siglo XVIII, durante la Revolución Francesa, las gargantillas se solían usar con un significado particular, que no reflejaba la moda del momento, sino que venía a ser más bien un mensaje político.
Las mujeres francesas lucían cintas rojas alrededor de su cuello para conmemorar a aquellos que habían sido ejecutados en la guillotina.
El color rojo de la cinta simbolizaba la sangre que se había derramado, convirtiéndose en un poderoso símbolo de memoria y resistencia.
El éxito de las gargantillas durante la Revolución Francesa nos demuestra como la moda puede convertirse en un medio de expresión social y político.
La Reina Isabel I de Inglaterra fue una de las primeras monarcas que puso de moda el uso de las gargantillas con perlas y encajes, convirtiendo estas joyas en un símbolo de elegancia y de distinción.

La época victoriana o el esplendor de las gargantillas

La época victoriana, desde 1837 hasta 1901, fue un período lleno de cambios y contrastes apasionantes.
Mientras la tecnología avanzaba y la sociedad evolucionaba, la moda también experimentó importantes transformaciones y las gargantillas jugaron un papel muy importante en la sociedad.
De hecho, durante esta época la Reina Victoria fue una gran aficionada a las gargantillas, lo que popularizó enormemente este tipo de collares entre la burguesía y la nobleza, experimentando así un momento de esplendor.
La moda fue testigo de una explosión de una gran variedad de diseños y de estilos de gargantillas, desde sencillas y delicadas cintas de terciopelo con camafeos hasta asombrosas gargantillas de encaje con diamantes o perlas.
En realidad, estas piezas ajustadas al cuello no eran sólo un accesorio decorativo, sino que estaban llenas de estilo y de significado y eran un reflejo de las costumbres, de los valores y del estatus social de la época.
En los inicios de esta era, las gargantillas eran más elegantes y sobrias, reflejando la influencia de la joven Reina Victoria, pero luego los diseños se volvieron más variados y elaborados.
Durante este período, curiosamente algunas gargantillas también se llevaban para disimular marcas en el cuello o cicatrices.

El siglo XX y la sofisticación de las gargantillas 

Con el paso de los años, y durante el siglo XX, las tendencias en la moda y en la sociedad comenzaron a cambiar, trayendo consigo una gran variedad de diseños de gargantillas.
Con el auge del movimiento Art Déco, especialmente durante los años 20 y 40, las gargantillas continuaron reinventándose con diseños que tomaron un aire geométrico y más moderno. Estos collares eran un símbolo de lujo, de sofisticación y el inicio de una nueva libertad femenina, al margen de las normas sociales tradicionales.
Las gargantillas se fabricaban con materiales como cristales, metales brillantes y a menudo con formas lineales. Asimismo, se combinaban con peinados de pelo corto y con vestidos de corte recto.
En los años 90 estos accesorios vivieron una de sus etapas más exitosas a nivel mundial. Las gargantillas negras de terciopelo o de plástico se convirtieron en un distintivo del estilo urbano y de una cierta rebeldía.
Hoy en día, los diseñadores y marcas reconocidas han adoptado las gargantillas para usarlas en todo tipo de vestuarios, desde los estilos más clásicos hasta los más rompedores.
Resumiendo, a lo largo de la historia, las gargantillas han sido un espejo de la evolución de la humanidad, de sus valores y de sus gustos.

Gargantillas

Las gargantillas, un adorno con una gran pasado 

Las gargantillas son collares que se ajustan alrededor del cuello. Su diseño original les permite destacar de los collares tradicionales, a la vez que les aporta un aire elegante y sofisticado.
A lo largo de los tiempos, las diferentes clases sociales y culturas han llevado este tipo de joyas, adaptándose a los diversos usos y significados y a las tendencias de cada momento y ofreciendo una gran variedad de modelos y de estilos.
Hoy en día, este tipo de collares son un complemento único en el sector de la moda y de la joyería y son muy apreciadas por los amantes de las piezas únicas.

De la antigüedad a la Edad Media 

La extensa historia de las gargantillas se remonta a las civilizaciones antiguas.
En el Antiguo Egipto la realeza, la nobleza y las sacerdotisas llevaban gargantillas confeccionadas con piedras preciosas y oro como símbolo de riqueza, de poder y jerarquía social. Asimismo, se pensaba que estos collares ajustados al cuello tenían propiedades protectoras, siendo verdaderos amuletos que alejaban a las personas del mal.
En la Antigua Mesopotamia, mujeres y hombres lucían gargantillas elaboradas en materiales muy variados, ya sea en plata, en oro o cubiertas de piedras preciosas.
Durante la Edad Media, los collares pesados y largos predominaban en la moda. Pero las gargantillas se hicieron populares en Europa, sobre todo entre las mujeres de la nobleza. Estas joyas se usaban para adornar el cuello y para sostener otros complementos, tales como relicarios o colgantes.

Renacimiento y época victoriana, el resplandor de las gargantillas

Durante el Renacimiento, las gargantillas se volvieron más lujosas y elaboradas, ganando popularidad entre la nobleza. Se diseñaban con materiales preciosos y se adornaban con diamantes, con perlas y piedras preciosas, adquiriendo un nuevo significado de riqueza, elegancia y de estatus social de quienes las llevaban.
En el siglo XVIII, durante la Revolución Francesa, las gargantillas se solían usar con un significado particular, que no reflejaba la moda del momento, sino que venía a ser más bien un mensaje político.
Las mujeres francesas lucían cintas rojas alrededor de su cuello para conmemorar a aquellos que habían sido ejecutados en la guillotina.
El color rojo de la cinta simbolizaba la sangre que se había derramado, convirtiéndose en un poderoso símbolo de memoria y resistencia.
El éxito de las gargantillas durante la Revolución Francesa nos demuestra como la moda puede convertirse en un medio de expresión social y político.
La Reina Isabel I de Inglaterra fue una de las primeras monarcas que puso de moda el uso de las gargantillas con perlas y encajes, convirtiendo estas joyas en un símbolo de elegancia y de distinción.

La época victoriana o el esplendor de las gargantillas

La época victoriana, desde 1837 hasta 1901, fue un período lleno de cambios y contrastes apasionantes.
Mientras la tecnología avanzaba y la sociedad evolucionaba, la moda también experimentó importantes transformaciones y las gargantillas jugaron un papel muy importante en la sociedad.
De hecho, durante esta época la Reina Victoria fue una gran aficionada a las gargantillas, lo que popularizó enormemente este tipo de collares entre la burguesía y la nobleza, experimentando así un momento de esplendor.
La moda fue testigo de una explosión de una gran variedad de diseños y de estilos de gargantillas, desde sencillas y delicadas cintas de terciopelo con camafeos hasta asombrosas gargantillas de encaje con diamantes o perlas.
En realidad, estas piezas ajustadas al cuello no eran sólo un accesorio decorativo, sino que estaban llenas de estilo y de significado y eran un reflejo de las costumbres, de los valores y del estatus social de la época.
En los inicios de esta era, las gargantillas eran más elegantes y sobrias, reflejando la influencia de la joven Reina Victoria, pero luego los diseños se volvieron más variados y elaborados.
Durante este período, curiosamente algunas gargantillas también se llevaban para disimular marcas en el cuello o cicatrices.

El siglo XX y la sofisticación de las gargantillas 

Con el paso de los años, y durante el siglo XX, las tendencias en la moda y en la sociedad comenzaron a cambiar, trayendo consigo una gran variedad de diseños de gargantillas.
Con el auge del movimiento Art Déco, especialmente durante los años 20 y 40, las gargantillas continuaron reinventándose con diseños que tomaron un aire geométrico y más moderno. Estos collares eran un símbolo de lujo, de sofisticación y el inicio de una nueva libertad femenina, al margen de las normas sociales tradicionales.
Las gargantillas se fabricaban con materiales como cristales, metales brillantes y a menudo con formas lineales. Asimismo, se combinaban con peinados de pelo corto y con vestidos de corte recto.
En los años 90 estos accesorios vivieron una de sus etapas más exitosas a nivel mundial. Las gargantillas negras de terciopelo o de plástico se convirtieron en un distintivo del estilo urbano y de una cierta rebeldía.
Hoy en día, los diseñadores y marcas reconocidas han adoptado las gargantillas para usarlas en todo tipo de vestuarios, desde los estilos más clásicos hasta los más rompedores.
Resumiendo, a lo largo de la historia, las gargantillas han sido un espejo de la evolución de la humanidad, de sus valores y de sus gustos.